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"Medicina: una carrera vulnerable"
Autor: Dr. Frank Espino País: República Dominicana
Especialidad: Ginecólogo-Obstetra- Perinatólogo Comentario: Dedicado a mis estudiantes de medicina de la PUCMM.
   
Cuando se va a iniciar una nueva empresa, un nuevo reto, una nueva misión en nuestras vidas, sin lugar a dudas es lo más parecido a un largo viaje; a una ciudad desconocida. Por eso debemos conocer al dedillo, las metas, los tropiezos, triunfos y fracasos, para que no nos quede el sabor amargo de la peor de “la recompensa”, si es que puede decir así, La Frustración. Muchas veces como humano, por emoción, falta de orientación, o el simple hecho de la imitación, nos decidimos a escoger una Carrera Universitaria equivocada, apartada, de nuestras realidades y sueños, este es el motivo de este escrito, para aquellos que sin estar conscientes, están inmersos en un mundo nuevo o en cambio para otros que al igual que el autor la vive Intensamente!

Dentro de las profesiones llamadas liberales, “Medicina” tiene un sitial alto de vulnerabilidad, tan elevado es, que nosotros mismos lo pasamos por alto, por simple ignorancia o por no dar el frente a la realidad.

Veamos el concepto de vulnerabilidad según el Pequeño Larouse “Vulnerar” Viene de la voz latina vulnerare... hacer daño, causar malestar. “Vulnerabilidad” que es vulnerable es decir, que pude ser objeto de algún daño. Desde que iniciamos los primeros años de vida universitaria en la carrera de medicina, sin entrar de lleno en la profesión, se nos etiqueta, nos imponen normas sociales, se nos controla cualquier acto público o privado so pena de caer en descrédito, cosa ésta que no lo vemos con esa frecuencia en las otras profesiones por muy éticas que nos parezcan.

Después de graduado, el médico es de los pocos diplomados, donde la “vida privada” no es tan privada, es pertenencia de quienes requieran sus servicios, por eso escuchamos las expresiones de “Mi Médico” “Me lo indicó mi Doctor”. El grado de vulnerabilidad llega a tal extremo, que al médico no se les está permitido “enfermarse”, no debe abandonar la ciudad sin que pueda ser localizado, no se le está permitido expresar sus sentimientos ni preferencias por las cosas triviales o subjetivas, sin que sea censurado, y criticado. Cualquier mortal puede elegir a su pareja cuando desee, o romper con ella cuando las circunstancias así lo ameriten, en cambio al que ejerce el difícil arte de Galeno, se le vive en asechanza, se le cuestiona, se le censura, se le critica y hasta aparece quien opine cual debe ser, “La”, o “El” acompañante. Qué titulado tiene más riesgos profesionales, y secretos éticos que el médico? Muy pocos! Por no decir ningunos. Vulnerable de infectarse, contaminarse, adquirir una que otra patología ya sea de origen laboral o fisiológico; de ser atacado, asaltado, asesinado aun en emergencia, desplazarse en el día o en las noches no importa hora, clima ni caminos tortuosos, para prestar sus servicios. Y qué de decir de las demandas? Es el más demandado judicialmente según las estadísticas. No se le está permitido como a cualquier mortal equivocarse; es protagonista de mil cuentos e historietas nefastas, comentado desde humildes casas de familias hasta las más encumbradas mansiones, pasando desde salones de bellezas, restaurantes hasta famosos clubes sociales y centros académicos.

Le explicaba Esculapio a su hijo hace 2,500 años en su famosa Carta: “No cuentes con agradecimientos- le decía -Cuando el enfermo sana, la curación es debida a su robustez; si muere, tú eres el que lo ha matado, mientras está en peligro te trata como un dios, Te suplica! Te promete! Si está convaleciente ya le estorbas, cuando trata de pagar los cuidados que le has prodigado, se enfada y te denigra”-

A pesar de todas esta particularidades, de muchos estudios, de cansancio, y horas de sueño perdidas, no existe una profesión que más dignifique, más compense, porque te conviertes en un servidor para todos, no importa el color, la raza, religión, la belleza, o lo feo, banderías políticas, el maleante o el hombre honrado, ellos tendrán en alguna oportunidad de sus vidas, el privilegio y la necesidad de tu servicios.

En otro fragmento de la carta de Esculapio le dice a su hijo: “Te verás solo en tus tristezas, solo en tus estudios, solo en medio del egoísmo humano. Ni siquiera encontrarás apoyo entre los médicos, que se hacen sorda guerra por interés o por orgullo” Pero terminó diciéndole a su hijo; como les digo a todos y cada uno de ustedes -“Piensa mientras estás a tiempo, pero si indiferente a la fortuna, a los placeres de la juventud, si sabiendo que te verás solo entre las fieras humanas, tienes una alma bastante estoica para satisfacerse solo con el deber cumplido, sin ilusiones; si te juzgas bien pagado con la dicha de una madre, con una cara que sonríe porque ya no padece, o con la paz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte, si ansías conocer al hombre, penetrar todo lo trágico de su destino...
Hazte médico hijo mio!

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